Sunday, April 6, 2014

Obsolescencia (informática) programada

Como podréis intuir, el fondo del asunto es el final del soporte de Windows XP. Es comprensible que una empresa quiera optimizar recursos y dejar de dedicarse a un sistema operativo que comenzó su andadura hace ya 13 años (aunque la versión actual, SP3, es mucho más reciente). Pero lo que, en mi opinión, no es de recibo, es el miedo que intentan meternos a los usuarios de ese sistema, dejando como única opción cambiar de sistema operativo, lo que en muchísimos casos precisaría un cambio de ordenador (o de gran parte del mismo)


Carta abierta a Microsoft

Lo siento, Bill (Gates), pero no estoy por la labor. Mi PC principal, el que uso para trabajar todos los días, funciona estupendamente con Windows XP. Mi ecosistema informático está consolidado, y es una herramienta de trabajo afinada y eficiente. Si no preciso hacer nada que no pueda realizar con esta configuración... ¿por qué tengo que cambiarla, y hacer que mis aplicaciones dejen de funcionar, modificar mis hábitos de trabajo, cambiar la forma de organizar mi escritorio,...?. En definitiva, ¿quién es Microsoft para hacerme perder mi precioso tiempo en adecuarme a sus necesidades comerciales?

No, señores, no. No me asusta pensar que mi PC va a ser blanco de todas las redes mafiosas de bots del mundo (habría que ver quién está detrás de algunas de ellas... quizá nos sorprenderíamos). Voy a seguir empleando mi PC tal y como está, mientras me sea útil de esa forma. No voy a perder ni un segundo en actualizar lo que no precisa actualización.


Sinceramente,

José V. Gavilá
Valencia
Spain

Wednesday, February 5, 2014

Luchando contra la frustración

Por circunstancias que no vienen al caso, hoy necesito escribir estas líneas... dado que la audiencia de este blog es muy reducida (no me extraña, con la poca y poco interesante actividad que tiene ;-) ), será casi como pensar en voz alta...

Bien, ¿por qué ese título?. Como ya sabéis, me dedico a reparar equipos electrónicos, principalmente equipos de radioaficionado. En esta actividad, que por otra parte me apasiona, hay un enemigo al que hay que vencer todos los días y, a veces, durante varias jornadas seguidas: la frustración. Hay reparaciones, digamos, de libro. Son aquellas sencillas en sí o bien otras que, a fuerza de repetirlas, lo resultan. Pero a veces, incluso en las de libro, te topas con un problema aparentemente irresoluble. O bien se te repite la avería recién reparada. O te aparece otra nueva al resolver la anterior. Y, como ya habréis deducido, eso es frustrante. Hay dos soluciones a esta situación: dar por imposible esa reparación (o sea, abandonar) o enfrentarse al nuevo problema como a un reto.

Para poder tener éxito en este trabajo, os aseguro que la primera opción se tiene que tomar en poquísimas ocasiones. Porque, una vez cedes, el camino está ya abierto... y acabas desilusionado, sin confianza en tí mismo, y rodeado de equipos que pueden más que tú.

Por eso, día a día, le tengo plantada batalla a la, en apariencia, invencible frustración.